La mañana transcurría en silencio, las calles vacías y calladas apenas recibían los rayos de sol que caían esplendorosos sobre la pequeña población de Funza, ubicada al noroccidente de Bogotá.
El cielo más azul que nunca, invitaba a disfrutar del comienzo de un año 2008 muy prometedor, el clima fantástico calentaba el ambiente de la Plazoleta Marqués de San Jorge, que desde tempranas horas estaba siendo acondicionada para un evento muy esperado por todos los habitantes, la posesión del nuevo alcalde.
Al medio día las campanas repicaban con fuerza el Tedeum, tradicional himno católico de acción de gracias, ofrecido por la Iglesia al nuevo mandatario y con el cual empezaron a congregarse los funzanos. La bandera roja y blanca que adornaba la Plazoleta parecía abrir sus brazos acogiendo a quienes aparecían por todas las esquinas a paso presuroso para alcanzar la mejor ubicación. El murmullo de los asistentes fue incrementando con la llegada de invitados especiales, familiares y amigos del alcalde entrante, los trajes vistosos y elegantes presagiaban la fiesta en la que se convertiría este evento.
Los jóvenes, los niños y un inmenso número de mujeres que hicieron empatía durante la época de campaña electoral, esperaban con ansías la llegada de su dirigente. El tiempo pasaba lentamente y los minutos de espera parecían alargarse en la eternidad, la tarde traía el olor a mantecada, pan de maíz, pan de yuca y masato, típicos de la región, que preparaban ese primero de enero para ofrecer a los invitados.
A las 3 de la tarde hizo su arribo el Doctor Jorge Emilio Rey Angel, elegido por la comunidad funzana en los comicios de octubre de 2007, donde obtuvo 12 mil votos, aventajando a su oponente en 6 mil sufragios, la votación más alta de la historia del municipio hasta ese momento. Su presencia en el escenario hizo que el público estallará en aplausos, ovaciones, alegría, y júbilo, este joven funzano de 32 años, con su carisma, su trabajo con la comunidad, su preparación, sus nobles ideales, y la propuesta de encaminar a Funza en la senda del desarrollo, cautivaron a los seguidores que apoyaron su candidatura y que al escuchar su emocionado discurso sintieron la satisfacción de elegir bien, de escoger una persona que lleva en el corazón el deseo y compromiso de trabajar por su gente “guapuchera”. Al caer de la tarde y después de un hermoso acto protocolario, los asistentes disfrutaron de las delicias gastronómicas típicas y regresaron a sus casas con el corazón lleno de felicidad, marcado por el orgullo de ser funzanos, de ser guapucheros.
Al medio día las campanas repicaban con fuerza el Tedeum, tradicional himno católico de acción de gracias, ofrecido por la Iglesia al nuevo mandatario y con el cual empezaron a congregarse los funzanos. La bandera roja y blanca que adornaba la Plazoleta parecía abrir sus brazos acogiendo a quienes aparecían por todas las esquinas a paso presuroso para alcanzar la mejor ubicación. El murmullo de los asistentes fue incrementando con la llegada de invitados especiales, familiares y amigos del alcalde entrante, los trajes vistosos y elegantes presagiaban la fiesta en la que se convertiría este evento.
Los jóvenes, los niños y un inmenso número de mujeres que hicieron empatía durante la época de campaña electoral, esperaban con ansías la llegada de su dirigente. El tiempo pasaba lentamente y los minutos de espera parecían alargarse en la eternidad, la tarde traía el olor a mantecada, pan de maíz, pan de yuca y masato, típicos de la región, que preparaban ese primero de enero para ofrecer a los invitados.
A las 3 de la tarde hizo su arribo el Doctor Jorge Emilio Rey Angel, elegido por la comunidad funzana en los comicios de octubre de 2007, donde obtuvo 12 mil votos, aventajando a su oponente en 6 mil sufragios, la votación más alta de la historia del municipio hasta ese momento. Su presencia en el escenario hizo que el público estallará en aplausos, ovaciones, alegría, y júbilo, este joven funzano de 32 años, con su carisma, su trabajo con la comunidad, su preparación, sus nobles ideales, y la propuesta de encaminar a Funza en la senda del desarrollo, cautivaron a los seguidores que apoyaron su candidatura y que al escuchar su emocionado discurso sintieron la satisfacción de elegir bien, de escoger una persona que lleva en el corazón el deseo y compromiso de trabajar por su gente “guapuchera”. Al caer de la tarde y después de un hermoso acto protocolario, los asistentes disfrutaron de las delicias gastronómicas típicas y regresaron a sus casas con el corazón lleno de felicidad, marcado por el orgullo de ser funzanos, de ser guapucheros.
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